Poema
Señor, me cansa la vida,
tengo la garganta ronca
de gritar sobre los mares,
la voz de la mar me asorda.
Señor me cansa la vida
y el universo me ahoga.
Señor, me dejaste solo,
solo con el mar a solas.
O Tu y yo jugando estamos
al escondite, Señor,
a la voz con que llamo
es tu voz.
Por todas partes te busco,
sin encontrarte jamás.
Y en todas partes te encuentro
sólo por irte a buscar.
Antonio Machado
Súplica a Jesús que viene
Ven, Jesús, ven: si Tu quieres,
puedes nacer en mi casa.
Te he preparado una cuna
sencilla, con cuatro tablas.
La primera, es la humildad,
que yo no merezco nada.
La segunda, es la pobreza,
porque Tu no quieres galas.
La tercera, será fe,
que confía en tu palabra.
Y la cuarta es el amor,
que enciende toda la casa.
Ven, Jesús; con que me mires
y me sonrías, me basta.
Bien sé que mejores cunas,
más hermosas y más santas,
se ofrecen generosas,
para que en ellas Tú nazcas.
No te olvides de la mía,
tu más pequeña morada.
Oración
Nunca podrás, dolor, acorralarme.
Podrás alzar mis ojos hacia el llanto,
secar mi lengua, amordazar mi canto,
sajar mi corazón y desguazarme.
Podrás entre tus rejas encerrarme,
destruir los castillos que levanto,
ungir todas mis horas con tu espanto.
Pero nunca podrás acobardarme.
Puedo amar en el potro de tortura.
Puedo reír cosido por tus lanzas.
Puedo ver en la oscura noche oscura.
Llego, dolor, a donde tu no alcanzas.
Yo decido mi sangre y su espesura.
Yo soy el dueño de mis esperanzas.
Jose Luis Martín Descalzo
Mi oración a ti
Dame la fuerza
que necesito para llevar ligero
mis alegrías y preocupaciones.
Dame la fuerza
que haga fructífero mi amor en el servicio.
Dame la fuerza
de no negar nunca a los pobres.
Dame la fuerza
necesaria para no doblar mi rodilla
ante poderes extraños.
Dame la fuerza
que necesito para elevarme
sobre las trivialidades cotidianas.
Dame la fuerza
que necesita mi fuerza
para someterse a tu voluntad.
R. Tagore
Envía tu Espíritu
Envía, Señor, tu Espíritu, sobre la Iglesia
para que encuentre la unidad,
superando diferencias y recelos,
acercando posturas
y sumando esfuerzos.
Envía tu Espíritu, Señor, sobre la tierra,
la casa de los hombres, tu familia,
y que triunfe tu gracia sobre el odio,
y tu generosidad sobre los egoísmos.
Envíanos, Señor, tu Espíritu
para que nos ayude a comprendernos,
y a conocer y respetar las diferencias,
y a construir sin prescindir de nadie.
Queremos contar con todos,
y edificar entre todos otro mundo,
que sea espejo de tu propio Reino…
Ayúdanos, Señor.
Manda tu Espíritu.
Luis Betés
Ven, Señor a salvarnos
Piden pan los hambrientos
y los oprimidos, justicia.
Claman por su libertad los esclavos
y necesitan salud los enfermos.
Ven, Señor, a salvarnos.
Hay tantas tristezas y desengaños.
Hay víctimas del odio humano,
son muchos los que se doblan
o que ya no pueden levantarse.
Ven, Señor, a salvarnos.
Y haz de nosotros mesías
multiplicados,
pon en nuestras manos
tu fuerza y medicina,
el aceite de tu Espíritu,
dando buenas noticias.